Por alguna razón,
nuestra biblioteca cuenta con La calle de
la cabeza perdida, una de las novelas del belga Jean Ray protagonizadas por
el hábil detective Harry Dickson, siempre ayudado por su fiel Tom Wills. Al
leer esta o cualquier otra de la serie, uno siente que hay en Dickson algo que
remite a otro personaje de ficción, el gran Sherlock Holmes; y es que resulta
que al escritor, con un talento limitado pero con cierta capacidad de inventiva
y con buena mano para las tramas, le hicieron el encargo de crear una imitación
de Holmes, cuestión que resolvió con bastante desparpajo y acierto.
Desde luego, sus
novelas están muy lejos de las de Conan Doyle, el “padre” de Sherlock, pero en
esta y otras como El canto del vampiro,
Los espectros verdugos o La venganza
de las siete sillas, el investigador “inspirado” en Holmes se ve inmerso en
emocionantes casos que mezclan inteligentemente lo puramente policiaco con el
terror, proporcionando al lector una hora y media (son muy cortas) de placer
culpable (esto lo digo porque se sabe que no es buena literatura, pero al ser
tan divertida…).
Además, se publicaron
en España de forma primorosa por la editorial Júcar, en una colección
totalmente descatalogada hoy en día. Yo tengo dieciséis, entre ellas las que he
citado antes;
¡ Mi favorita es la primera que leí, curiosamente la primera de la
colección, El vampiro que
canta! ¡Ah, qué buenos recuerdos!
Ramón Vasallo
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